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La madre perfecta

Gizell González Zamora
8 may 2020
2 Min. de lectura

Cuando estuve embarazada me di cuenta que mis síntomas de embarazo eran muy distintos a las historias de mi alrededor. Mi mamá adoraba sus embarazos y cuenta que eran tranquilos y llenos de apapachos. Mi prima jamás habló mucho de las dolencias de sus embarazos hasta que yo me quejé de algunos síntomas. Cada vez que me acercaba a alguna mamá y me contaban sobre sus embarazos, parecía que estábamos experimentando y hablando de cosas distintas. Entonces me di cuenta lo individuales, lo diversas y lo distintas que somos y así de diferentes somos a la hora de ser madres.

He encontrado millones de mujeres apasionadas por millones de aspectos específicos y diferentes en la vida de sus hijos e hijas y creo que de allí parten las diferencias, y muchas veces las críticas, entre nosotras. Hay mamás que priorizan la nutrición de sus hijos, mamás que se enfocan en el desarrollo psicosocial y la estimulación, mamás que realizan actividades divertidas, mamás que cantan para recoger los juguetes y otras que suben el tono de voz para dar un comando. Todas esas mamás son perfectamente imperfectas y todas ellas, todas nosotras, hacemos lo mejor y lo más importante para NOSOTRAS y nuestros hijos e hijas.

La presión de ser la madre perfecta, la obsesión que puede causar el cumplir estándares inalcanzables en lugar de disfrutar los momentos más valiosos junto a tus pequeñas y pequeños, puede ser muy molesta. Esta molestia y la obsesión de ser perfecta se puede convertir en frustración, en enojo, en violencia a tu entorno y puede llegar a convertirse en irritabilidad. En nuestras diferencias, estoy segrura que todas queremos para nuestros hijos e hijas felicidad, salud mental, una autoestima sana, autonomía, madurez y que algún día (muy lejano), hagan su propia vida, sean independientes y utilicen las cosas que tu les enseñaste para hacerlo.

Este día de las madres, deseo que te reconozcas, que en medio de toda esta incertidumbre, reconozcas que tus emociones también valen, que llores o pintes, que te des un baño tranquilo, que reconozcas que eres un ser humano antes de ser mamá y está bien no poder con todo, está bien desmoronarnos, está bien, porque de allí, de esas migajitas nos construiremos mejores, a nuestro tiempo, en nuestro momento. Mamá que lees esto: eres hermosa, eres humana, eres perfecta así imperfecta, eres vulnerable y está bien. Un abrazo reparador.